GESTIONAR NUESTRAS EMOCIONES EN CASA
Durante el primer confinamiento quien más quien menos, aprendió a gestionar su despensa, su día a día con pequeñas rutinas para poder sobrellevar el confinamiento de la mejor manera posible. Al principio de pandemia nos enganchamos a las noticias, nos distraíamos haciendo todo aquello que nunca teníamos tiempo de hacer. Hicimos limpieza a fondo, ordenamos cajones y armarios, cocinamos, leímos, miramos series y películas que teníamos pendientes. Las redes estaban repletas de memes que nos hacían reír, los vecinos cantaban, tocaban instrumentos y hacíamos vídeo llamadas con amigos y familiares, incluso con gente con la que no nos veíamos a menudo. Así sobrellevamos los días para que no parecieran el "día de la marmota"
La situación actual es diferente. Ahora solo hemos visto modificado nuestro tiempo de ocio, súper importante para afrontar el estrés semanal. A medida que avanzan las semanas de semi-confinamiento nuestros recursos se van agotando y nuestro bienestar emocional puede verse alterado.
Cuando estamos ya cansados de las privaciones, restricciones, enfermedad, dificultades económicas y pandemia nos cuesta mucho más distraernos. No hay tantas ganas de hacer cosas ni de aprender a hacerlas. Cuando esto ocurre nuestro foco de atención se centra en nuestro interior, en lo que sentimos. Nos damos cuenta que estamos sintiendo muchas emociones. Incertidumbre, miedo, esperanza, angustia, rabia, trizteza,... saltamos de emoción en emoción sin saber muy bien como gestionarlas.
Todas estas emociones a veces se nos mezclan en un mismo día o a veces una sola emoción nos acompaña unos cuantos días. Las emociones son la primera respuesta a lo que está pasando alrededor nuestro y ellas determinaran nuestra reacción, es decir nuestra conducta para poder gestionar lo que nos está sucediendo. Sin una buena gestión de nuestras emociones, las conductas que nos provocan pueden llegar a perjudicarnos. Nos enfadamos con quien nos ama por, atracamos la nevera para reducir nuestra ansiedad, pero también cuando las emociones son positivas nos empujan a hacer cosas que nos sientan bien o que nos gustan.
Como las emociones que no gestionamos bien pueden perjudicarnos es muy importante aprender a gestionarlas de la mejor manera posible.
Qué podemos hacer para aprender a gestionarlas:
- Identificarlas. En un mismo día podemos llegar a sentir tantas emociones diferentes que pueden llegar a confundir como nos sentimos. Escoger un momento del día para estar solos con nosotros mismos y pararnos para pensar en lo que estamos sintiendo puede ser de gran ayuda. Preguntarnos qué emoción es la que prevalece en nosotros durante este día.
- Aceptar. Una vez identificada la emoción o las emociones debemos aceptarlas. Éste es un paso difícil porque cuando las emociones son la tristeza, la rabia o el miedo, por ejemplo, inconscientemente hacemos ver que estamos bien distrayéndonos, diciendo a los demás que estamos bien, etc... para no tener que aceptar la emoción, pero nuestra conducta nos delata. Si aceptamos lo que nos pasa, lo que sentimos, podemos sobrellevar mejor la emoción y sobretodo podremos decidir no alargarla en el tiempo. Aceptar que estamos de una determinada manera nos permite sentir las emociones. de manera más constructiva. Es decir, que si estamos tristes podemos permitirnos estar tristes un tiempo porque conocemos la emoción y sabemos que no es bueno para nosotros estar tristes mucho tiempo aunque en ese momento lo que nos apetece sea llorar. Negar la tristeza no ayuda a que esta desaparezca. Si nos permitimos estar tristes, llorar y escuchar la tristeza podremos entender para que estamos tristes y actuar en consecuencia.
- Descubrir el orígen de la emoción. Es decir, identificar de la manera más exhaustiva possible el orígen de la emoción. No quedarnos en lo superficial y ahondar en que es exactamente lo que nos produce tristeza para poder trabajar sobre ello.
- Preguntarnos para que nos sentimos de esta manera. Es decir, con que finalidad nos comportamos de acorde a nuestra emoción. ¿Que nos aporta?¿ Mi conducta es productiva para mi, es contraproducente o me ayuda a llevar mejor la emoción?
- Preguntarnos que puedo hacer para revertir como me siento. Por ejemplo si estamos tristes podemos pensar en hacer cosas que nos guste hacer, cosas que nos relajen.
- Ocuparnos, en lugar de preocuparnos. Redirigir el foco de atención de nuestras emociones hacia algo positivo hace que nuestro cerebro deba concentrarse en lo que hace más que en las emociones que siente.
Este segundo confinamiento que nos toca vivir puede ser una oportunidad pera poder aprender a gestionar nuestras emociones y generar herramientas que nos sirvan para siempre. Remarcar que en cuando las pautas que hemos dado no funcionan o cuando nos veamos sobrepasados por nuestros sentimientos un profesional nos puede proporcionar las herramientas que en este momento no hallamos por nosotros mismos.